Un millón de gracias

Por dar amor a mi peque.

Por dibujar sonrisas y borrar lágrimas cuando no estamos.

Por enseñarla más que números y letras.

Por moverte en un mundo pequeño, cantar sin ser cantante y reír cuando tienes ganas de tirarte de los pelos. A nosotros también nos pasa.

Pero sobre todo, porque has hecho que sea fácil dejarte a nuestra loca bajita cada mañana.